¿Te imaginas un mundo sin músicos, artistas, escritores…? ¿Un mundo vacío de expresión creativa?
Algunos pensarán que en un futuro las máquinas podrían ocuparse de eso. De crear combinaciones ilimitadas de palabras para hacer textos, de notas musicales para hacer música, de colores y trazos para hacer cuadros, de algún sistema para hacer esculturas, cerámica, etc.
Pero esas “creaciones” serían frías, seguramente perfectas, pero sin alma…
Está claro que el alma humana no tiene una fórmula que se pueda copiar y reproducir, así como tampoco la tiene la chispa misteriosa que llamamos Vida.
De entre todos los seres vivos del planeta, diría que una de las características que nos diferencia como especie del resto es la capacidad que tenemos de dar múltiples formas a nuestra propia expresión.
Pero ¿Qué hay detrás de esa necesidad de expresar lo que llevamos en nuestro interior?


Es curioso hablar de “nuestro interior”, en realidad, creo que se trata más de conectar con uno mismo, y que ese uno mismo esté en nuestro interior sería discutible. Lo que está claro, es que los cinco sentidos nos llevan hacia el exterior y que para conectar con uno mismo hay que abstraerse de algún modo de lo que nos rodea y estar conectados con nuestra esencia.
Volviendo a lo de expresar de forma creativa, todos tenemos esa capacidad, que parece formar parte de nuestra naturaleza. En realidad, estamos expresándonos de forma genuina las 24 horas del día a través de los gestos, de la forma de hablar… Hay teorías que incluso defienden que somos seres creadores hasta el punto de estar creando continuamente nuestra realidad con nuestros pensamientos y palabras. En el día a día nos encontramos con personas que están más bloqueadas y que son de las que se suele decir que no trasmiten o que son inexpresivas.
Después hay otras, en el otro extremo, que tienen la habilidad de expresar y llegar al resto de personas. Son las personas de las que decimos que tienen carisma, que son graciosas, convincentes, cómplices, inspiradoras…
Pero saliéndonos de lo rutinario y yéndonos a lo extraordinario, nos encontramos con otro tipo de personas que son las que han adquirido unas habilidades que les permiten dar forma a su propia expresión de forma estética y bella. Ésta va más allá de un chascarrillo ingenioso o de una mirada expresiva, ya que, por ejemplo, pueden ordenar las palabras de forma sublime, construir con el sonido belleza pura, sacar de un pedrusco lo que les dicta su imaginación o plasmar en un papel o lienzo con exactitud la imagen que ven en su mente. Estas personas son reconocidas y alabadas por el resto porque no todo el mundo tiene esa habilidad junto a la técnica necesaria para darle forma. Estamos hablando de Arte, de Belleza; y en cuento a los artistas, casi de personas con superpoderes. Lo vemos como algo extraordinario, seguramente porque estamos hablando de las formas de expresión más elevadas como seres humanos. Y todos lo reconocemos como algo especial.

Estas formas de expresión artística conectan directamente con nuestras emociones y con nuestra naturaleza como seres vivos.
Volviendo a las preguntas del principio: ¿Te imaginas un mundo sin músicos, artistas, escritores…? ¿Un mundo vacío de expresión creativa?
Yo respondo un NO rotundo. Ya que en la alternativa de las máquinas sin alma, dudo que éstas pudieran conectar de la misma forma con nosotros.
Y después, en todo este tema de la expresión creativa y genuina, encuentro que hay un componente de necesidad y terapéutico al mismo tiempo. El artista se forma y se expresa porque siente la necesidad imperiosa de hacerlo, si no lo hiciera se sentiría como muerto en vida. De ahí que el poder dar forma a sus emociones le alivie, le alimente y le mantenga sano en el sentido más amplio de la palabra. Y lo mismo podría decirse del que acude a un concierto, al teatro, a una exposición, al cine, a los versos de un libro de poesía… Necesitan sentir, conectar con sus emociones y con su ser. Y ¿si no pudieran acceder a ese concierto, a esa exposición, a esos poemas, o a esas canciones y bailes populares…? Claro que podrían seguir viviendo, pero con almas desnutridas y enfermas.
Siempre se ha hablado coloquialmente del arte como “alimento” para el alma. Y puede que sea una de las definiciones más acertadas.
Como todos tenemos la necesidad innata de expresarnos y una naturaleza creativa, el entrenarnos en alguna técnica que nos permita esa propia expresión nos va a aportar más de lo que pensamos como seres humanos, entre otras cosas: conectar con nosotros mismos y libertad. Cuando somos niños y ya podemos coger una pintura nos sale de forma natural el hacer nuestros primeros dibujos, si es que se pueden llamar así, pero son valiosos porque, aunque sean garabatos, se trata de nuestra propia expresión plasmada en un papel o en ¡una pared! Desde la cuna escuchamos las canciones de nuestros familiares que nos relajan o nos divierten porque conectan directamente con nuestras emociones.


No hace falta llegar a ser el mejor cantante, bailarín, dibujante, músico… Se trata de tener “una pintura” que nos invite a conectar con nosotros mismos y con esa dimensión emocional y creativa haciéndonos sentir reconfortados y vivos al dar forma a lo que llevamos dentro.
Coincido con La Declaración Universal de Derechos Humanos en que la libre expresión y acceso a la cultura deberían ser derechos fundamentales de los seres humanos ya que, como apunta: junto a otros son «indispensables para su dignidad y libre desarrollo de su personalidad». Y yo añadiría: y de su alma.

Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 27
- Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
- Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
Sin duda, el nivel cultural de un pueblo habla de su desarrollo como civilización.

¿Qué es para ti la expresión creativa? ¿Cómo expresas tú tu propia creatividad?
Me encantaría leerte en comentarios para seguir reflexionando entre todos sobre este apasionante tema.